TECLADO MAESTRO / PROF. JAVIER PEVES LOZANO
En las avenidas y calles de nuestra ciudad, nos encontramos con piratas que nos abordan ofreciendo diversos libros, de aventura, romance, autoayuda, misterio, etc. En los puestos de periódicos, los adolescentes se pelean por conseguir la revista de su grupo preferido; quieren saber sobre sus giras y sus nuevas creaciones. En las casas, las jóvenes leen con mucha ternura, y en secreto, aquella carta que hace un instante un joven apuesto le acaba de entregar. En la red, los amigos se pasan horas y horas frente al teclado con la mirada fija en el monitor. Si esto es así, por qué decimos, en tono enfático: los jóvenes no leen.
Los adultos responsables de la educación de la nueva generación deberíamos aprovechar ese especial gusto por la lectura para ir mostrando a adolescentes y jóvenes la maravilla del mundo del conocimiento. Escribir para ellos, utilizando sus propios códigos, abordando temas relevantes con espíritu juvenil, reflexionando con los ojos del que aún no conoce de intereses egoístas. No debemos olvidar que aquel que lee o aprende tiene algo que agregar. Oír, y más aún, leer a las nuevas mentes nos nutre de energía vital, nos muestra el otro lado de la vida, la cual parece que hemos olvidado. Hacer que los adolecentes se expresen, es conocer su forma de pensar en que las cosas pueden mejorar, en que pueden abrirnos una puerta al mundo de fantasía en la que una bella mujer nos conquista con sus cantos. Para contribuir con el trabajo que muchos vienen realizando en mejora de la comunicación entre alumnas y maestros, es que un grupo de estudiantes ha decidido edificar esta tarima en la que se pueda encontrar a alguien que piense similar a uno. Así mismo podremos expresar nuestras ideas, compartir nuestros sentimientos y meditar sobre temas de interés general. Solo hay que decidirse; perder el miedo al qué dirán; atreverse a hacer algo distinto; dejar que nuestras opiniones fluyen; y estar convencidos o convencidas que nuestras alumnas o nuestros maestros pueden leernos.
Los adultos responsables de la educación de la nueva generación deberíamos aprovechar ese especial gusto por la lectura para ir mostrando a adolescentes y jóvenes la maravilla del mundo del conocimiento. Escribir para ellos, utilizando sus propios códigos, abordando temas relevantes con espíritu juvenil, reflexionando con los ojos del que aún no conoce de intereses egoístas. No debemos olvidar que aquel que lee o aprende tiene algo que agregar. Oír, y más aún, leer a las nuevas mentes nos nutre de energía vital, nos muestra el otro lado de la vida, la cual parece que hemos olvidado. Hacer que los adolecentes se expresen, es conocer su forma de pensar en que las cosas pueden mejorar, en que pueden abrirnos una puerta al mundo de fantasía en la que una bella mujer nos conquista con sus cantos. Para contribuir con el trabajo que muchos vienen realizando en mejora de la comunicación entre alumnas y maestros, es que un grupo de estudiantes ha decidido edificar esta tarima en la que se pueda encontrar a alguien que piense similar a uno. Así mismo podremos expresar nuestras ideas, compartir nuestros sentimientos y meditar sobre temas de interés general. Solo hay que decidirse; perder el miedo al qué dirán; atreverse a hacer algo distinto; dejar que nuestras opiniones fluyen; y estar convencidos o convencidas que nuestras alumnas o nuestros maestros pueden leernos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario